viernes, 5 de febrero de 2010

Trabajo: "Efectos de la Globalización en España"

1.- Globalización: ¿De qué hablamos?

Las normas que rigen la “opción excepcional”, es decir aquella en la que la evaluación del curso se realiza por exámenes y trabajos, demandan como requisito sine qua non para aprobar la asignatura la realización de un “trabajo sobre globalización con indicación de fuentes de donde ha sido trabajado”. Realmente se trata de una temática tan amplia que me fue difícil concretar cuál de las muchas materias que incluye me resultaba más atractiva, en palabras del profesor, cuál me enamoraba tanto como para trabajar en ella.

Para superar este problema de concreción creí que lo más sensato sería comenzar a aproximarme al tema de forma preliminar. La cuestión a resolver era ¿qué es la globalización?, lo que dicho en un lenguaje más propio de la metodología de la investigación social viene a traducirse en que era necesario operacionalizar el concepto globalización. Este proceso definitorio servirá, al mismo tiempo como delimitación del marco teórico en el que nos moveremos y será el primer paso en la construcción de un armazón teórico propio.

Cuando hablamos de globalización nos referimos a la interacción a nivel mundial de los factores de producción, de su movilidad creciente gracias a la ruptura de barreras entre mercados y de las posibilidades de aprovechamiento de las ventajas comparativas propias de cada país que ello representa. Esta sería una definición acorde con las de autores como Galtung o Hall. Otros autores como Giddens señalan que no se trata de un proceso únicamente económico, sino también tecnológico, cultural, social y político. Pese a que Giddens no es ningún marxista, su planteamiento es acorde con la idea de que los cambios en la estructura económica alteran a su vez la superestructura social y cultural.

Ahora tenemos una idea acerca de lo que es la globalización, pero aun nos faltan datos por saber. En primer lugar hay que analizar como se llega hasta ella, como se abandona el mundo un sistema de mercados nacionales parcial o totalmente cerrados para lanzarse en busca del mercado mundial único. En mi opinión existen dos factores determinantes: el triunfo del neoliberalismo y el desarrollo tecnológico de las últimas décadas.

El triunfo del neoliberalismo: La corriente política y económica imperante en las democracias capitalistas había sido desde 1929 el keynesianismo, cuyo planteamiento básico era la corrección por parte del Estado de los efectos negativos causados por el mercado. La II Guerra Mundial y las necesidades de producción que de ella se derivaron supusieron el asentamiento definitivo del Estado intervencionista en lo económico, el surgimiento de grandes compañías estatales y la construcción de potentes Estados del Bienestar. Sin embargo, a partir de la crisis petrolera de 1973 la tendencia se invirtió. Los Estados keynesianos no resistieron bien ese embate y desde el mundo académico se empezaron a reclamar reformas liberalizadoras inspiradas por autores como von Hayek o Milton Friedman: adelgazamiento de las estructuras estatales, desregulación de mercados, desaparición de aranceles, bajada de impuestos sobre el capital, privatización de monopolios estatales…En resumen, más mercado y menos Estado. En la década de los 80 alcanzan el poder en los principales países del bloque occidental opciones políticas afines a este pensamiento: Thatcher en Gran Bretaña (1979), Reagan en EE.UU. (1981) o Kohl en Alemania Occidental (1982). La tendencia neoliberal se extenderá en los años siguientes al resto de los países, primero del bloque occidental y, tras la caída del muro de Berlín y la desintegración del bloque soviético (consideradas por muchos el verdadero inicio de la actual globalización), de todo el mundo. En esta rápida extensión han tenido un papel crucial organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o la Organización Mundial del Comercio (OMC) que, a menudo, han prestado ayuda en forma de préstamos o subsidios a países pobres a cambio de que éstos se comprometieran a realizar reformas económicas de corte neoliberal.

Así pues la nueva hegemonía política neoliberal ha eliminado todos los obstáculos que podía encontrar el capital en su búsqueda de las condiciones más ventajosas a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo se requería algo más para llevar esto a cabo. Se requería un desarrollo tecnológico que permitiera mover realmente capitales, mercancías e información por todo el mundo de forma rápida y económica. El problema del transporte físico comenzó a solucionarse a finales del siglo XIX y principios del XX, aunque la II Guerra Mundial sirvió para empujar el desarrollo de los medios de transporte un poco más allá. Desde mediados del siglo pasado se dispone de la tecnología necesaria para el transporte de grandes cantidades de mercancías tanto por mar (desarrollo de la navegación comercial a gran escala, cargueros, petroleros, etc.) como por tierra (ferrocarriles de mercancías y transporte por carretera). Asimismo el transporte aéreo permite desplazamientos a grandes distancias de personas o de mercancías de pequeño y medio tamaño en tiempos comparativamente muy reducidos-

La gran innovación la suponen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Bajo ese término se engloban desde los medios de comunicación tradicionales sometidos a continua innovación (telefonía móvil o por satélite, vídeo llamadas…) hasta el amplísimo abanico de posibilidades abierto con Internet a finales del siglo XX. Son estas tecnologías las que permiten coordinar la producción en varios países, enviar instrucciones de forma inmediata de un lado al otro del mundo, recibir todo tipo de información y noticias de manera instantánea…Sin ellas la globalización no sería posible.

Finalmente hay que preguntarse cuales son los efectos de la globalización, pero en este caso ya no podemos ser meramente descriptivos, sino que por fuerza debemos ser valorativos. Aquellos que valoran de manera positiva el proceso globalizador hablan de que, al derrumbar las barreras de los mercados nacionales y crear un mercado mundial, se ha producido un incremento muy significativo de la actividad económica (producción, comercio, etc.), lo que se ha traducido en un crecimiento económico generalizado (o casi). Otra consecuencia del proceso de apertura y de reducción del Estado ha sido la aparición de nuevos actores como las empresas transnacionales. Además señalan que la existencia de un mercado mundial forzosamente lleva a la convergencia en diversos valores dentro de él. Así pues estaríamos ante la progresiva igualación de tipos de interés, precios y, lo que es más importante, renta a lo largo del mundo. Esta convergencia mundial, traducida como reducción de la pobreza, es argumentada por autores como Sala i Martín.

Los opositores al proceso de globalización centran su crítica en la cesión de funciones del Estado al mercado. En su opinión los mercados no fomentan la igualdad, pues en ellos no todos somos iguales. En ellos tiene más valor el que tiene más dinero, el que ofrece una mayor rentabilidad. Así, abandonar grandes áreas de la sociedad a la única regulación de la oferta y la demanda supone la generación de desigualdades, no su eliminación. Lo mismo se podría decir de la eliminación del Estado del Bienestar o de la reducción de los impuestos directos con su capacidad redistributiva. Finalmente, a nivel internacional supone la perpetuación del dominio de los países ricos sobre los países pobres, llegándose a hablar incluso de neocolonialismo o neoimperialismo.

2.- Concreción del objeto de estudio

Como ya hemos visto, existe mucho debate acerca de cuales son los efectos reales del proceso globalizador y sobre si estos son positivos o negativos. Sin embargo parece aceptado por ambas partes que uno de los pasos necesarios para adaptarse al nuevo mundo globalizado y a la hegemonía neoliberal consiste en recortar el gasto público, desmontar el Estado del Bienestar en la medida de lo posible y amortiguar el efecto redistribuidor del Estado primando los impuestos indirectos sobre los directos. La eliminación de estos sistemas tendentes a eliminar desigualdades, en principio y según los autores pro-globalización, deberían fomentar el crecimiento económico del país transformándolo en un destino más atractivo para la inversión de capitales extranjeros (bajos impuestos, bajos costes sociales, mano de obra barata), al tiempo que convirtiendo a sus empresas en más competitivas (nuevos mercados disponibles con liquidación de monopolios estatales: agua, luz, hidrocarburos…). Ese mismo crecimiento económico, del que supuestamente todo el país participaría, debería paliar el surgimiento de desigualdades antes amortiguadas por los sistemas eliminados.

Tomando como caso de estudio España, vamos a observar si en los años de crecimiento económico e imposición del modelo neoliberal globalizador han supuesto un aumento o un descenso de las desigualdades. Para ello vamos a comprobar la evolución del PIB, del gasto social, el salario medio y el índice de Gini en España en los últimos años. Según los teóricos pro-globalizadores, todos menos el gasto social deberían haber evolucionado a la par. Según los anti-globalizadores, el crecimiento del PIB no habría repercutido ni en el salario medio ni en la distribución de la renta.

3.- Comparación de los datos

Crecimiento del PIB

Los datos que a continuación se detallan se han obtenido de la página web del Instituto Nacional de Estadística. Aunque el período de estudio bien podría abarcar más años, llegando incluso hasta el momento en que se inicia la presente crisis, se utilizaran los datos del período 1995 – 2004, por motivos analíticos. Estos datos están calculados con base contable de 1995, mientras que los de años anteriores y siguientes están calculados con distinta base. Comparar PIB’s con distinta base provocaría desajustes que se traducirían en crecimientos no correspondientes con la realidad. Comenzaremos por exponer el PIB a precios constantes de 1995, en millones de euros.

1995 1996 1997 1998 1999
437.787 448.457 466.513 486.785 507.346

2000 2001 2002 2003 2004
529.691 544.496 556.651 570.556 585.877

Por tanto el crecimiento interanual del PIB sería:

1995-96 1996-97 1997-98 1998-99 1999-00
2.44% 4.02% 4.34% 4.22% 4.40%
2000-01 2001-02 2002-03 2003-04
2.79% 2.23% 2.50% 2.68%

Nos encontramos, tal y como preveíamos en años de crecimiento de la economía, siendo el período de 1996 – 2000 el más fructífero, aunque los demás años hallamos crecimientos nada desdeñables, siempre superiores al 2%. Se hace necesario decir que el período coincide casi íntegramente con el gobierno del Partido Popular, que implementó numerosas medidas de ajuste económico acordes al paradigma neoliberal.

Gasto Social

Según la OCDE, los datos de gasto social para España desde 1980 expresados como porcentaje del PIB son:

1980 1985 1990 1995 2000
15.5% 17.8% 19.9% 21.4% 20.3%
2001 2002 2003 2004 2005
20.0% 20.4% 21.0% 21.2% 21.2%

En principio podría parecer que no se cumple lo predicho y que no se produce el recorte de gasto social esperado. Sin embargo hay que tener en cuenta el contexto peculiar de España. Tal y como señala Vicenç Navarro, España sale de la Dictadura con un subdesarrollo social considerable. Es en los primeros años de la democracia cuando se comienza a construir el Estado del Bienestar y a ello se debe el aumento del gasto observado en el período 1980-1995. A partir de ese año y sin que aún se haya subsanado la brecha que separa el Estado de Bienestar español de los existentes en los países de su entorno, las cifras de gasto social se mantienen estables. Ello quiere decir que esa brecha no se ha subsanado y que, más aun, se ha seguido incrementando. Si nos fijamos en los porcentajes del PIB dedicados a gasto público en otros países de la UE en el año 2005 (Austria 27.2%, Francia 29.2%, Alemania 27.6%, Italia 25.0% o Suecia 29.4%) la anterior afirmación queda confirmada. La construcción de un sistema social en España se ha detenido antes de alcanzar las cotas propias de los países de su entorno.

Salario medio

Según el Eurostat, la evolución del salario medio anual en España, expresado en euros, ha sido la siguiente:

1997 1998 1999 2000 2001
16192.0 16528.0 17038.0 17432.0 17768.2
2002 2003 2004 2005 2006
18462.3 19220.0 19827.8 20438.8
21150.2

De esta manera el aumento anual del salario medio ha sido el siguiente:

1997-98 1998-99 1999-00 2000-01 2001-02
2,03% 2,99% 2,26% 1,89% 3,76%
2002-03 2003-04 2004-05 2005-06
3,94% 3,06% 2,98% 3,36%

Hay que tener también en cuenta que la variación del índice de precios al consumo (IPC), según datos del INE, en esos años fue la siguiente:

1997-98 1998-99 1999-00 2000-01 2001-02
1,8% 2,3% 3,4% 3,6% 3,5%
2002-03 2003-04 2004-05 2005-06
3,0% 3,0% 3,4% 3,5%

Como se puede apreciar, los salarios crecieron de manera muy similar al aumento de los precios (cuando no de forma manifiestamente inferior, como en los períodos 99-00 y 00-01, presumiblemente a causa de la implantación del euro y del subsiguiente redondeo al alza de los precios). No se puede hablar, por tanto, de aumento del poder adquisitivo de los destinatarios de estos salarios.

La situación empeora si comparamos estos datos con los salarios medios de nuestro entorno. No he podido encontrar en las fuentes estadísticas habituales una comparativa de los salarios medios europeos en PPA (paridad de poder adquisitivo). Lo más parecido a ello que puedo presentar es un estudio realizado por un particular (el titular de un blog, blogoempresa.com, sobre economía) a partir de datos recogidos por el FMI, el BM y el Eurostat para el año 2005. Los resultados son los siguientes:

Salario medio anual PPA Euros/año Salario medio anual PPA Euros/año
Luxemburgo 39.915 Suecia 27.753
Alemania 36.378 Irlanda 25.245
Gran Bretaña 35.987 Francia 25.067
Dinamarca 34.396 Italia 23.308
Bélgica
33.928 España 20.672
Holanda 33.269 Portugal 18.221
Austria
33.202 Grecia 17.047
Noruega 28.904 Polonia 10.845

El dato español no es bueno. Al igual que en el apartado de gasto social encontramos que existe una brecha considerable entre nosotros y la mayoría de países de nuestro entorno. Esta brecha no es algo novedoso, como ya hemos comentado, pero es evidente que el período de ajustes económicos que, supuestamente, habría llevado a España a una época de prosperidad económica, no ha servido para subsanarla.

Índice de Gini

Se trata de un índice que mide la desigualdad en los ingresos, de manera que el 0 representaría la distribución más equitativa y el 1 la más desigual. Se calcula como la razón del área que forman la curva de Lorenz y la recta de perfecta igualdad y la formada por dicha recta y el eje. La evolución del índice de Gini en España según el Eurostat ha sido la siguiente:

1997 1998 1999 2000 2001 2002
0.35 0.34 0.33 0.32 0.33 0.31
2003 2004 2005 2006 2007 2008
0.31 0.31 0.32 0.31 0.31 0.31

En este caso la explicación dada para las tendencias seguidas por el gasto público y los salarios medios vuelve a ser válida. La desigualdad del ingreso en España fue descendiendo paulatinamente hasta quedar estabilizada en torno al año 2002. Desde entonces permanece prácticamente inalterada. Sin embargo, es necesario hacer algunas precisiones. En primer lugar, el hecho de que no existan datos anteriores a 1997 afecta de forma negativa a la explicación. Sería lógico suponer que, si pudiéramos remontarnos un par de lustros más atrás encontraríamos índices mayores, pero ante la ausencia de datos esto queda como mera conjetura. En segundo lugar y a diferencia de los dos apartados anteriores, la cifra en la que el índice español ha quedado estabilizado es prácticamente igual a la media europea (0.30 para UE15, 0.31 para UE27), por lo cual no sería justo hablar de brecha en este caso. Es más preciso decir que, en lo que a desigualdad en el ingreso se refiere, España pertenece a la clase media. Supera a países como Grecia (0.33), Reino Unido (0.34) o Portugal y Rumanía (0.36), pero se queda lejos de los países más igualitarios: Suecia (0.24), Dinamarca, Noruega y Hungría (0.25) o Austria y Finlandia (0.26).

4.- Conclusiones

A la vista de todo lo anterior la conclusión es clara: El proceso de la globalización no ha conllevado un aumento sustancial de los salarios, ni una distribución sensiblemente más equitativa de los mismos para los españoles. A cambio si ha supuesto el freno de la construcción del tardío Estado del Bienestar, que ha permanecido en un estado de subdesarrollo con respecto a sus equivalentes europeos.

Pero además he llegado a otra conclusión de forma imprevista y prácticamente accidental. Durante la recogida de datos me topé con el índice KOF de Globalización, desarrollado por el Instituto Tecnológico Federal Suizo, de Zurich. Se trata de una medida del grado de globalización fundada en tres pilares: económico (que se mide a través de las importaciones, exportaciones, la inversión directa y las restricciones comerciales), político (que se manifiesta en datos como la pertenencia a organizaciones internacionales o el número de embajadas extranjeras en el país) y social (plasmada en aspectos como el tráfico electrónico, uso de Internet, importancia del sector turismo o número de Ikeas o McDonalds existentes). Mi sorpresa fue grande cuando constaté que muchos de los países que ocupaban las primeras posiciones (los tres primeros son Bélgica, Austria y Suecia. España ocupa el puesto decimocuarto) eran también algunos de los países con mayores datos de gasto social o con mayores salarios medios en PPA. Dos de ellos estaban también entre los países más igualitarios según el índice de Gini

Esto me llevó a cuestionar algunos de las afirmaciones de los teóricos neoliberales mencionadas en el primer epígrafe. Quizá si es posible competir en un mundo globalizado manteniendo altas tasas de protección social, garantizando a los ciudadanos un nivel de vida alto y asegurando una distribución de la riqueza menos desigual. Quizá adoptar el mercado como único ente regulador no nos lleve al desarrollo y a la opulencia, sino a la desigualdad más extrema. Quizá Chomsky esté equivocado y no sea necesario identificar globalización con dogma neoliberal. La experiencia de estos países merece un estudio en mayor profundidad del que podríamos obtener valiosas enseñanzas.

5.- Fuentes

- Eurostat (
http://epp.eurostat.ec.europa.eu)

- INE (
www.ine.es)

- OCDE (
http://stats.oecd.org/index.aspx)

- Estudio sobre salarios medios en PPA en Europa (
http://blogoempresa.com/empleo/salario-medio-ppa-restyling/)


- Índice KOF de Globalización (
http://globalization.kof.ethz.ch/)

- Rebelión, diversos artículos (
www.rebelion.org)

- Sala i Martín, X. “Globalización y reducción de la pobreza”, Universidad de Columbia, (
http://www.eco.uc3m.es/~andiaz/pdfs/macroIII/salaimartin.pdf)


- Navarro, V., “El subdesarrollo social en España”, Diario Público, Madrid 2009. Se pueden encontrar fragmentos y otros artículos de temática similar en la página web del autor (
www.vnavarro.org)

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