La investigación se inicia a partir de los hechos, pero ellos por si mismos no explican nada. Por tanto la investigación se inicia observando los hechos y tratando de descubrir que los relaciona o une entre sí.
El siguiente paso será el encaje de lo anterior en un modelo explicativo que nos permita “rellenar” de manera coherente los vacíos que haya dejado la observación. Se trata por tanto de la formulación de hipótesis. En este punto será fundamental la llamada fantasía creadora o capacidad de crear imágenes mentales de realidades no observadas o de abstracciones no observables. Según el autor, esta cualidad es la que permite conocer y modificar la realidad: nos permite conocerla, pues gracias a ella creamos conocimiento relativo a cosas no vistas o invisibles, y nos permite modificarla, pues con ella imaginamos realidades distintas a la existente. Junto a la fantasía está la intuición, que nos evita tener que analizar todas las versiones mentales creadas y nos hace seleccionar las más plausibles. Ambas características son las que diferencian a la inteligencia humana de la animal o de la artificial.
El tercer momento de la investigación será la comprobación de las hipótesis, que se realizará regresando a la observación. En esta etapa los hechos observados pueden pertenecer a un universo más amplio que en la primera fase o incluso ser fruto de experimentos y estar especialmente diseñados para probar o refutar una hipótesis.
Finalmente, las hipótesis se reformulan para acomodar los nuevos resultados observados.
Estos pasos se repiten de forma reiterativa hasta el infinito pues, en último extremo, la investigación no es sino una cadena interminable de observaciones y formulaciones (o reformulaciones) teóricas. Teoría abstracta e investigación científica están así equilibradas, pero separadas y asignadas a momentos temporales distintos. Se plantea el autor si las investigaciones se inician con la observación o con la elaboración teórica y responde que con lo segundo, pues según él mostrar el interés suficiente sobre un tema como para convertirlo en tema de investigación es ya una suposición primaria que inicia el proceso. Me parece que es altamente discutible, pues esa elaboración primaria se hace en base a hechos anteriormente observados, aunque la observación se produjese de forma fortuita. Podríamos embarcarnos así en una discusión inacabable parecida a la de los orígenes del huevo y la gallina.
En este sentido se apunta en el texto que los investigadores parten también de hipótesis y observaciones realizadas por otros autores, lo que convierte a esta actividad en algo colectivo, social, en un esfuerzo común por acercarnos cada vez más a la comprensión de la realidad. Obviamente este uso de materiales ajenos solo tendrá sentido si nosotros ya hemos iniciado una investigación propia, aunque ésta aun esté en su fase inicial. En caso contrario, si usamos la producción de otros para rellenar nuestro vacío de ideas, caeremos en el eclecticismo y en la incoherencia con rapidez. La consecuencia lógica de esto es la necesidad que tiene todo investigador de crear su aparato conceptual y explicativo propio.
Como conclusión de todo lo anterior podemos decir que de esta manera de trabajar surge una visión de la realidad que incluye hechos y relaciones de dos tipos: comprobados científicamente y deducidos lógicamente. Esta visión evoluciona a medida que los hechos y relaciones deducidos son comprobados y, o bien se confirman o bien se modifican. Se trata de un modelo que se adapta a los nuevos aportes y que busca adecuarse cada vez un poco más a la realidad y esas características son causa del método científico usado para producirla. Por eso, concluye el autor, en la ciencia lo esencial es el método.
El siguiente paso será el encaje de lo anterior en un modelo explicativo que nos permita “rellenar” de manera coherente los vacíos que haya dejado la observación. Se trata por tanto de la formulación de hipótesis. En este punto será fundamental la llamada fantasía creadora o capacidad de crear imágenes mentales de realidades no observadas o de abstracciones no observables. Según el autor, esta cualidad es la que permite conocer y modificar la realidad: nos permite conocerla, pues gracias a ella creamos conocimiento relativo a cosas no vistas o invisibles, y nos permite modificarla, pues con ella imaginamos realidades distintas a la existente. Junto a la fantasía está la intuición, que nos evita tener que analizar todas las versiones mentales creadas y nos hace seleccionar las más plausibles. Ambas características son las que diferencian a la inteligencia humana de la animal o de la artificial.
El tercer momento de la investigación será la comprobación de las hipótesis, que se realizará regresando a la observación. En esta etapa los hechos observados pueden pertenecer a un universo más amplio que en la primera fase o incluso ser fruto de experimentos y estar especialmente diseñados para probar o refutar una hipótesis.
Finalmente, las hipótesis se reformulan para acomodar los nuevos resultados observados.
Estos pasos se repiten de forma reiterativa hasta el infinito pues, en último extremo, la investigación no es sino una cadena interminable de observaciones y formulaciones (o reformulaciones) teóricas. Teoría abstracta e investigación científica están así equilibradas, pero separadas y asignadas a momentos temporales distintos. Se plantea el autor si las investigaciones se inician con la observación o con la elaboración teórica y responde que con lo segundo, pues según él mostrar el interés suficiente sobre un tema como para convertirlo en tema de investigación es ya una suposición primaria que inicia el proceso. Me parece que es altamente discutible, pues esa elaboración primaria se hace en base a hechos anteriormente observados, aunque la observación se produjese de forma fortuita. Podríamos embarcarnos así en una discusión inacabable parecida a la de los orígenes del huevo y la gallina.
En este sentido se apunta en el texto que los investigadores parten también de hipótesis y observaciones realizadas por otros autores, lo que convierte a esta actividad en algo colectivo, social, en un esfuerzo común por acercarnos cada vez más a la comprensión de la realidad. Obviamente este uso de materiales ajenos solo tendrá sentido si nosotros ya hemos iniciado una investigación propia, aunque ésta aun esté en su fase inicial. En caso contrario, si usamos la producción de otros para rellenar nuestro vacío de ideas, caeremos en el eclecticismo y en la incoherencia con rapidez. La consecuencia lógica de esto es la necesidad que tiene todo investigador de crear su aparato conceptual y explicativo propio.
Como conclusión de todo lo anterior podemos decir que de esta manera de trabajar surge una visión de la realidad que incluye hechos y relaciones de dos tipos: comprobados científicamente y deducidos lógicamente. Esta visión evoluciona a medida que los hechos y relaciones deducidos son comprobados y, o bien se confirman o bien se modifican. Se trata de un modelo que se adapta a los nuevos aportes y que busca adecuarse cada vez un poco más a la realidad y esas características son causa del método científico usado para producirla. Por eso, concluye el autor, en la ciencia lo esencial es el método.
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