jueves, 28 de enero de 2010

Teoría del desarrollo capitalista, Capítulo 5: La acumulación y el ejército de reserva.

Con fines teóricos, Marx imagina un sistema capitalista, al que llama Reproducción Simple, que conserva indefinidamente las mismas dimensiones, sin variar la escala de producción. Para que se cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo y que los obreros gasten todo su salario en el consumo. En este sistema la industria consta de dos ramas: la que produce medios de producción (I) y la que fabrica artículos de consumo (II)

Así pues las condiciones básicas de este sistema son:
1.- La suma de los capitales constantes de ambas ramas ha de ser igual a la producción total de la rama I, (c1+c2 = c1 + v1 + p1)
2.- La suma del consumo de capitalistas y obreros ha de ser igual a la producción de la rama II (v1 + p1 + v2 + p2 = c2 + v2 + p2)

Operando, en ambos casos obtenemos la siguiente condición: c2 = v1 + p1. Este sistema imaginario sirve para examinar la estructura de ofertas y demandas y debe entenderse como una armazón para la posterior investigación, no como un sustituto de la misma.

Sin embargo, la Reproducción Simple se abstrae de una característica fundamental del capitalismo: el interés del capitalista por aumentar su capital (interés que no tiene que ver con ningún bajo instinto, sino con la propia dinámica del sistema que obliga a crecer o desaparecer). Teniendo esto en cuenta, Marx presenta un modelo que muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación esta tomada en cuenta. Se trata de la Reproducción Ampliada. En ella la plusvalía se divide en tres partes, una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y una última que se suma al capital variable. Este aumento del capital provocará un aumento proporcional de la demanda de medios de producción (que será satisfecha por los productores aumentando su oferta) y de fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo es una mercancía peculiar y su producción no puede ser aumentada a voluntad, de manera que la ley del valor no opera en este caso. Sin embargo el equilibrio se alcanza, pues de otro modo los salarios estarían constantemente al alza. Algunos autores han propuesto soluciones maltusianas, lo que es rechazado por el autor.

Para Marx, la fuerza que impide la subida constante de los salarios, permitiendo así la acumulación constante de capital, es la presión que ejercen los numerosos obreros parados a raíz de la introducción de las máquinas que estarían dispuestos a trabajar por salarios menores. Es lo que llama el ejército de reserva del trabajo. Se trata de un modelo que funciona igualmente bien en situaciones de población creciente, estancada o decreciente, así como en situaciones de crisis o bonanza económica.

La visión tradicional de los economistas preveía la tendencia al estancamiento del progreso económico, fundada en dos leyes “naturales”: la ley de la población y la de los rendimientos decrecientes. Los hechos históricos forzaron al abandono de esta perspectiva. A cambio se ha impuesto una visión de los ciclos económicos que Sweezy califica de “meteorológica”. Marx, en cambio, explica el desarrollo de la economía a partir de la acumulación de capital, permitida por la existencia del ejército de reserva, cuya existencia se debe a la aplicación de las innovaciones tecnológicas.

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