viernes, 22 de enero de 2010

Teoría del desarrollo capitalista, Capítulo 1: El método de Marx

Gran parte de la importancia de Marx tiene que ver con cuestiones metodológicas. Lukacs llega a afirmar que “la ortodoxia en cuestiones de marxismo se relaciona exclusivamente con el método”.

Al igual que sus predecesores clásicos y neoclásicos, Marx utiliza el método abstractivo-deductivo como principal herramienta. Para saber que podemos abstraer y que no, debemos tener claras las respuestas a dos preguntas: ¿Cuál es el problema a examinar? Y ¿Cuáles son los elementos esenciales del mismo?

Es en estas respuestas donde Marx se diferencia de sus predecesores, pues se marca como objetivo “poner al desnudo la ley económica del movimiento de la sociedad moderna”. Por su formación anterior se puede deducir que el principal interés de Marx es el cambio social. La economía le interesa en la medida que es la esfera en la que el ímpetu del cambio social debe encontrarse. Una vez aclarado esto, ¿cuáles son los aspectos esenciales del problema? Aquí vuelve a separarse de la ortodoxia al apuntar a las relaciones sociales regidas por el capital y en concreto a las relaciones capital trabajo como elemento esencial. No se descartan otras relaciones sociales de importancia, sino que se pospone su análisis a fases más avanzadas de la obra. De la misma manera las relaciones capital-trabajo se filtran hasta quedarnos con las más significativas: las que surgen de la esfera industrial. Se trata en última instancia de una relación de cambio (salario por trabajo) y es por eso que Marx empieza por analizar este tipo de relaciones, dedicando el primer volumen de “El Capital” a las mercancías.

Durante todo este primer volumen se mantiene un alto nivel de abstracción, lo que parece contrario a la abundancia de datos empíricos que se muestran. Sin embargo no lo es, abstraerse no es alejarse de los hechos, sino circunscribirse a un número reducido de ellos. Precisamente por el alto nivel de abstracción, algunos de los resultados teóricos de este volumen deben ser considerados como mutables, deben sufrir adaptaciones cuando se desciende a menor nivel de abstracción.

Además de la abstracción, el otro gran aspecto metodológico a destacar es su carácter “profundamente” histórico. Para Marx la realidad social es un proceso en el que el cambio es constante. Los hombres pueden influir en ese cambio, en la medida que la realidad social que les ha tocado vivir lo permita. Esa concepción choca con el planteamiento ortodoxo, que se resumiría en la frase “ha habido Historia, pero ya no la hay”. Pensar que el proceso de cambio social ha llegado a su final implica pensar en la actual realidad como culmen del proceso, lo que conlleva importantes implicaciones.. Si damos por supuesto el capitalismo igual que damos por supuesto el Sistema Solar, la crítica al capitalismo se antojará tan peregrina como la crítica al Sistema Solar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario